Liberación de Paris, un momento histórico
En 1940, después de haber declarado la guerra a media Europa, el ejército nazi llegaba a la capital de Francia, París, para hacerse con su control y así, también con el de la propia nación gala. La expansión de los alemanes en los últimos años había sido brutal, y la lentitud de los Aliados por unir fuerzas para plantarles cara les había costado muy caro. París vivió durante cuatro años bajo el yugo de los alemanes, que controlaron buena parte del país desde la capital y eligieron a Vichy como presidente de la República durante ese periodo. Solo en agosto de 1944 las cosas cambiarían para lograr liberar a la capital francesa, después de que el dominio nazi en el país se debilitara poco a poco desde el principio del verano, por culpa de los desembarcos en Normandia y Provenza.
El momento de la liberación definitiva de París se puede considerar como histórico, ya que marcó un punto de inflexión vital para el declive del ejército nazi, que acabaría un año después con la derrota definitiva tras la entrada de los Aliados en Berlín. Los sucesos acontecidos en aquellos días en París siguen siendo recordados constantemente por sus habitantes, y por todos los franceses en general, como el último gran logro militar del país, en colaboración, eso sí, con las tropas estadounidenses, y también con los exiliados españoles, que habían llegado al país después de la Guerra Civil y se habían convertido en parte clave de la lucha francesa frente a los nazis. En este artículo vamos a profundizar en las claves de lo sucedido en aquel agosto de 1944, cuando el destino de la Segunda Guerra Mundial comenzó a virar a favor de los Aliados.
En qué punto se encontraba Paris
En 1944, Paris llevaba ya cuatro años bajo el dominio del ejército Nazi, que había invadido el norte de Francia en 1940 y se había quedado con la ciudad, donde mantenían su gobierno bajo la figura del mariscal Philippe Pétain. Sin embargo, los Aliados habían logrado vencer al norte del país, en Normandía, y así avanzar hacia el propio territorio alemán, pasando la frontera natural del río Rin. Los estadounidenses y los ingleses consideraban más oportuno avanzar hacia Alemania para terminar lo antes posible con la guerra, pero los franceses, comandados por el general Charles de Gaulle, se mostraron obcecados en liberar a la ciudad de París para que representase el surgimiento de la nueva Francia más allá del yugo alemán. Finalmente, los franceses ganaron el pulso, y las tropas, junto a muchos soldados estadounidenses, avanzaron hacia la toma de la capital, aprovechando también las revueltas comenzadas por la Resistencia desde dentro.
La Resistencia
París era una ciudad gobernada por los Nazis, pero eso no significaba que no hubiera una Resistencia que les hiciera frente, sin mucho éxito durante los primeros años, todo hay que decirlo. El control alemán era férreo y los parisinos apenas podían levantarse en armas contra sus soldados. Sin embargo, las victorias al norte del país dieron alas a los franceses, que comenzaron una sublevación popular, desde los trabajadores del metro hasta los carteros, pasando por gendarmes y policías, a mitad del mes de agosto. Tras unos primeros avances, muchos alemanes abandonaron la capital en sus coches, a sabiendas de que la situación no se podría controlar durante mucho tiempo, y que el ejército aliado estaba a punto de entrar presumiblemente en la ciudad. Sin embargo, las negociaciones todavía seguían sobre la mesa, y la insurrección estuvo a punto de ser repelida, si no fuera porque finalmente, los ejércitos aliados decidieron entrar con todo y recuperar París.
La liberación de Paris
Tras unos primeros días de descontrol, con huelgas organizadas y una sublevación masiva por parte de los obreros franceses, se procedió a una tregua que permitió a los galos mejorar sus posiciones, mientras los alemanes se retiraban en su mayoría. De Gaulle permitió a su brigada de infantería más importante, la división Lecrerc, que avanzara sin dilación hacia la toma de la capital, en contra del deseo de los estadounidenses, que incluso llegaron a considerar aquello como una insubordinación. Finalmente, y con el apoyo de la Unidad Blindada y La Nueve, donde no solo había franceses sino también estadounidenses y muchos españoles, antiguos miembros de las Brigadas Republicanas, los Aliados tomaron París el 25 de agosto. Al día siguiente, Charles de Gaulle encabezó un desfile de Victoria por los Campos Elíseos, convirtiéndose en una figura imprescindible dentro de la nueva Francia que resurgía tras la Ocupación.
Consecuencias políticas
Aunque el ejército nazi trató de causar daños en la ciudad con algún bombardeo posterior a su derrota, la situación estaba completamente controlada, y la toma de París se consideró todo un hito en la guerra, un punto de inflexión para los Aliados, que estaban más cerca de derrotar a Hitler. Lo más notable es que la Liberación de París siempre constituyó una victoria para Francia, más que para los Aliados, ya que los estadounidenses y los británicos se habían mostrado ciertamente reticentes a la intervención en la ciudad. De Gaulle, sin embargo, no permitió que la sublevación popular quedara sin ser sostenida por el ejército, ganándose así su puesto como cabeza visible de la nueva Francia, por su cuenta, y sin la necesidad de crear un gobierno conjunto con los aliados. La ayuda prestado por republicanos españoles también fue reconocida en Francia, lo que provocó una protesta por parte del gobierno franquista, que fue totalmente ignorada por De Gaulle.
Museo de la liberación de Paris
La importancia de este suceso en la historia de la capital francesa es tal que incluso hay un museo totalmente dedicado a aquel enfrentamiento. Se llama Museo de la Liberación de París, y fue inaugurado en 2019 en un edificio bajo el cual se había organizado buena parte de la Resistencia parisina en aquellos años. El museo cuenta la historia de este episodio imprescindible en la Segunda Guerra Mundial, incluyendo objetos recuperados de aquel enfrentamiento. Cada 25 de agosto, los franceses siguen celebrando de manera efusiva la liberación e París, el símbolo que inició la liberación de todo el continente europeo, subyugado bajo el demonio nazi desde hacía un lustro. Una visita al museo te hará conocer más en detalle todo lo ocurrido en aquellos días de agosto en Francia.